Las CAR: ¿maquillaje político?

Las CAR: ¿maquillaje político?

Victor M. Tafur

Sobre la reforma de las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR)/On Environmental Governance in Colombia’s Regional Environmental Authorities 

Publicado originalmente Marzo 30, 2012, en El Espectador.com Opinión

Por: Prof. Víctor M. Tafur

La reforma a las corporaciones autónomas regionales que propone el Gobierno es simplemente una “reforma política” a los órganos de dirección, lo cual es urgente —y lo ha sido desde hace varios lustros—, pero no va a resolver muchas de las falencias del sistema actual.

El tema central debería ser cómo mejorar la gobernanza ambiental de las CAR, no sólo blindarlas de la politización y el clientelismo.

Siempre es bueno recapitular el origen de las CAR. La primera fue la Corporación Autónoma del Valle de Cauca (CVC), creada en 1954 por Gustavo Rojas Pinilla, sobre el modelo de la Tennessee Valley Authority (TVA), una agencia federal de los Estados Unidos establecida en la época del New Deal por iniciativa del presidente Franklin Roosevelt y aprobada por el Congreso en 1933. El propósito de la TVA fue crear una entidad federal con flexibilidad y “mentalidad privada” en su gestión para realizar obras hidroeléctricas con el fin de obtener energía barata y regular la cuenca para evitar inundaciones del río Tennessee.

La CVC original (1954-1994) buscó replicar el modelo de la TVA en el Valle del Alto Cauca. Su objetivo central era promover el desarrollo integral de la cuenca alta del río Cauca (parte de los departamentos del Cauca y del viejo Caldas, y todo el Valle del Cauca) y específicamente menguar los desastres ocasionados por las inundaciones del río y los desbordamientos y avalanchas de sus afluentes, así como la generación de energía para la región. Los resultados durante esos 40 años fueron muy positivos y además demostraron la viabilidad de hacer descentralización efectiva en estas materias.

Actualmente, la TVA continúa con su modelo y cuenta con más de 60 plantas, entre hidroeléctricas, termoeléctricas y nucleares, además de algunas fuentes de energía eólica y solar. Provee de electricidad a nueve millones de personas a precios favorables, comparados con el promedio nacional, a la vez que compite con generadores eléctricos privados. Su gestión ambiental, por otra parte, es conocida tanto por sus aciertos como desaciertos. Cabe anotar que cuando se hicieron las grandes reformas ambientales en los setenta, la TVA y otras agencias similares se mantuvieron como promotoras y gestoras de proyectos, pero nunca se convirtieron en autoridades ambientales.

En Colombia, el modelo de las CAR fue cambiado radicalmente a comienzos de los noventa: 1) se eliminó su participación en el sector eléctrico, dando paso a la privatización; 2) su jurisdicción pasó a ser departamental (con algunas excepciones); 3) su capacidad de ejecución de obras se limitó a la protección y manejo de los recursos naturales y de las cuencas hidrográficas; y 4) se convirtieron en la autoridad ambiental regional. Es decir, las CAR dejaron de seguir el modelo de la TVA.

Para mejorar la gobernanza ambiental de las CAR, el Congreso debe hacer una reforma de fondo que fortalezca su papel fundamental como responsables del medio ambiente a nivel regional, con carácter técnico, y fijar mecanismos que garanticen transparencia en la planeación y ejecución de obras ambientales. De lo contrario, la reforma quedará reducida a un “maquillaje político” que no hará mayor diferencia.

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